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¿LAS FOBIAS SE CURAN?


¿LAS FOBIAS SE CURAN?

 

Es completamente normal que todos en algunas ocasiones experimentemos miedo. Este sentimiento siempre viene acompañado de ciertas reacciones físicas tales como aceleración del ritmo cardiaco y respiratorio, tensión muscular, erizamiento del vello, sudoración, etc. Esta es la forma natural y espontánea en que nuestro cuerpo se prepara para huir o para defenderse. 

La fobia, por el contrario, es un trastorno psicológico que podríamos definir como un miedo irracional, exacerbado e incontrolable hacia algún objeto o situación, lo cual  afecta todas las áreas de la vida de quien la padece, debido al hecho de que la persona evitará infinidad de experiencias, lugares y situaciones, por miedo a un posible encuentro con el objeto fóbico. 

Las fobias son aprendidas; no significa que se aprende el miedo, sino que se aprende a reaccionar con miedo ante cierto objeto o situación. A veces inician después de una experiencia traumática con el objeto fóbico; por ejemplo, se puede desarrollar una fobia  a los perros, después de haber sido atacado por uno. Pero en muchas ocasiones, no parece haber una experiencia así, anterior al desarrollo de la fobia, y esta simplemente aparece. El objeto fóbico es de alguna manera, una metáfora o un símbolo del conflicto interno que la genera.

 

Cuando la persona que padece una fobia se encuentra frente al objeto o en la situación fóbica, tiene fuertes reacciones de miedo extremo y angustia, tales como sudoración, llanto, gritos, aceleración del ritmo cardiaco y respiratorio, y en ocasiones hasta una especie de paralización de sus extremidades, que aumentan la angustia por la sensación de no poderse mover. Aunque puede ser que reconozca que su miedo no tiene sentido ni razón de ser, simplemente no puede evitarlo. Por eso se dice que las fobias son miedos irracionales. Pongamos un ejemplo: una persona puede tener fobia a los gusanos (helminofobia); aun entendiendo que son miles de veces más pequeños que ella, que tiene más poder que ellos porque los puede pisar, que puede correr y el gusano nunca la alcanzará y que son inofensivos, todas estas racionalizaciones no detienen la reacción fóbica ni la evitan en situaciones futuras.

 

Existen docenas de fobias, desde las más comunes: a las abejas (apifobia), a los perros (cinofobia), a las arañas (aracnofobia) a los lugares abiertos (agorafobia)  hasta algunas muy extrañas como: fobia al sol (heliofobia), a la niebla (homiclofobia); al viento (aerofobia); al oro (aerofobia), o la ambulofobia (miedo a caminar). 

 

No importa cuán común o extraña sea una fobia, todas tienen solución. Hay diversos tipos de tratamientos para curarlas; algunos siguen el enfoque de la terapia cognitivo conductual como la desensibilización sistemática, las de aproximaciones sucesivas y otras; las cuales, siguiendo un método bien planificado por el terapeuta, llevan a la persona a exponerse paulatinamente y bajo control, al objeto o situación fóbica, con el fin de desensibilizarla ante ello. Otro tipo de enfoques para curar las fobias, son el psicoanálisis, la hipnoterapia y la programación neurolingüística, que también abordan de manera muy eficaz este problema. En muy raros casos, la persona necesitará medicación, y esto deberá ser evaluado por un psiquiatra competente.

 

Las fobias se pueden presentar tanto en niños como en adultos, pero no es necesario que la persona que la padece se pase la vida sufriendo y limitándose de realizar ciertas actividades o ir a determinados lugares, por miedo a un posible encuentro con el objeto o situación que le dispara la reacción fóbica. La ayuda profesional está disponible para todos y en la gran mayoría de los casos, aporta magníficos resultados. 

 

Para un amplísimo listado de los muchos tipos de fobias que existen, recomiendo visitar  la página www.fobias.net.

 

 

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