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¿LAS MASCOTAS CURAN?


¿LAS MASCOTAS CURAN?

 

 

¡Sí!. Cada día hay más pruebas de que las mascotas pueden ayudar a las personas a sanar tanto padecimientos emocionales como físicos. 

 

Numerosos estudios científicos muestran que el contacto físico y emocional con las mascotas, tiene efectos muy positivos sobre la curación de la hipertensión arterial, la concentración de colesterol y las enfermedades coronarias. En el aspecto emocional, dichos estudios muestran que la convivencia con mascotas ayuda a aumentar la confianza en sí mismo, da seguridad, alivia la ansiedad y el estrés y también disminuye el sentimiento de soledad. 

 

En mi opinión, los niños deberían tener una mascota, porque al convivir con ella equilibran y sanan sus emociones y desarrollan hermosos valores, como la sensibilidad, la responsabilidad, el compromiso y el interés por otros. También aprenden a cuidar y a mostrar amor tanto física como verbalmente. Todas estas son cualidades y valores indispensables en cualquier relación o actividad de la vida. 

 

En el aspecto emocional, a través de su mascota los niños pueden superar duelos por sus pérdidas y procesar toda clase de miedos o “sufrimientos”. Esto en parte se debe al hecho de que las mascotas aman mucho e incondicionalmente. No necesitan que el niño se porte “bien”, que saque buenas calificaciones, ni que sea inteligente u obediente. No importa cuántas virtudes o defectos tenga un niño, su mascota lo amará sin condiciones y se lo mostrará sin tapujos. 

 

Algunos padres se resisten al hecho de que sus hijos tengan mascotas, porque las consideran sucias y hasta peligrosas para la salud. Esto puede ser verdad, cuando los animalitos no se atienden de la manera adecuada.  Si se les aplican las vacunas necesarias en los períodos apropiados, se les asea con la frecuencia y de la manera recomendada según el animalito del que se trate, no hay ninguna razón para preocuparse. 

 

Es muy común que los dueños de mascotas, ya sean niños o adultos, “conversen” con  ellas, e incluso que a veces les confíen cosas que no le contarían a una persona. “Mi perro guarda muy bien los secretos que le cuento” decía un niño que superó de manera impresionante y rápida el duelo por la muerte repentina de su mejor amigo, llorando mientras abrazaba a su perro y platicando con él varias horas al día.  

 

Recuerdo también el caso de una niña a la que atendí, quien tenía como mascota a un tierno gatito al que adoraba.  La niña estaba muy triste y enojada porque sus padres habían decidido mudarse a otra ciudad por asuntos del empleo del papá y había resentido mucho el tener que dejar a sus amigos y a sus  abuelos. En parte por tristeza y en parte por castigar a sus padres, no quería comer, lo cual se había vuelto una fuente de conflicto entre ella y sus preocupados padres.  

 

Les sugerí que por un tiempo, en lugar de ponerle la comida al gatito en su plato, ella le diera de comer de su puño. De esta manera, un poco por identificación y otro poco porque esto estrechó aún más la relación emocional entre ella y el minino, este acto le “recordó” que también ella debía comer… y al paso de unos cuantos días, comenzó a hacerlo por sí misma, sin ninguna presión por parte de los padres. Del mismo modo pudo superar su duelo y comenzó a estar de mejor humor, a tener ganas de hacer nuevos amigos y a abrirse a la experiencia de una nueva vida.

 

Yo tengo la convicción de que entre el amo y la mascota, se crea un profundo lazo de relación que va más allá de las palabras o de la parte superficial de la comunicación.  A mi parecer, las mascotas comprenden mejor de lo que nos imaginamos, lo que está sucediendo; saben cuándo y qué se necesita de ellas, y están siempre dispuestas a colaborar.  Muchos hemos conocido casos o sido testigos de situaciones sorprendentes, en las que una mascota hace cosas impresionantes y hasta heroicas, para salvar, advertir, y de cualquier forma ayudar a su amo. Esos son casos espectaculares, pero en el día a día, podemos comprobar constantemente cómo la actitud y comportamiento de una mascota responde a las diferentes situaciones.

 

 

Así pues, nuestras hermosas, tiernas y adoradas mascotas, que nos muestran su amor sin restricciones, nos aman sin condiciones y nos hacen felices, también nos curan.  ¡Gracias a la vida por las mascotas!

 

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