Temas para vivir mejor

Cómo usamos a nuestros hijos en el divorcio


Cuando escucho a las parejas divorciadas o en proceso de divorcio hablarme de esos juegos sucios que se hacen a través de sus hijos, les digo con todo el corazón que piensen siempre en la forma en que estos los dañan.

 

Por ejemplo, puede ser que una mamá no permita que el padre de sus hijos tenga contacto con ellos, si él no le da dinero, si no cumple con ciertas condiciones,  o simplemente porque tiene mucho coraje hacia él, sin importarle que sus hijos lo necesiten o lo extrañen. 

 

Los hijos necesitan y tienen el derecho de estar cerca de su padre y de su madre y nosotros, los padres, no tenemos el derecho de  quitárselo. La única circunstancia en la que es válido el no permitir a uno de los padres (divorciados o no) estar en contacto con sus hijos, es cuando así es recomendado por profesionales psicólogos o psiquiatras, debido a que ese padre tiene conductas peligrosas o patológicas que ponen en riesgo la integridad, la vida o la salud psicológica de los niños.

 

Algunos padres por su parte,  aprovechan cada ocasión en que ven a sus hijos para hablarles mal de su mamá y envenenarles el corazón.  

 

Así también, muchos padres divorciados, como una forma de castigar y agredir a su ex esposa, le retiran el dinero para la manutención de sus hijos,  o le dan cantidades ridículas, sin importarles cómo eso afecta a sus hijos, quienes se verán privados de diversiones, oportunidades de estudio, e infinidad de cosas que son buenas para su bienestar y su desarrollo.

 

Por otra parte esos hijos, en lugar de estar con una madre tranquila y relajada, estarán con una angustiada y preocupada por los gastos que recaen totalmente sobre sus espaldas. Además, la madre de sus hijos tendrá que salir a trabajar para mantenerlos, dejándolos solos muchas horas.

 

Los hijos por otra parte, son un compromiso sagrado que adquirimos con la vida; el abandonar ese compromiso le enseña a ellos a hacer lo mismo.

 

Sí señores, indudablemente no darle dinero o darle una miseria a su ex esposa es una infalible forma de castigarla,  pero también castigan a sus hijos más allá de lo que se imaginan. 

 

Así también, los hijos de padres divorciados, están con frecuencia sumergidos en la misma paradoja que están muchos hijos de padres no divorciados, de la cual  hablábamos en párrafos anteriores: “Si quiero a mi mamá pierdo y traiciono a mi papá; si quiero a mi papá, pierdo y traiciono a mi mamá”.

 

En ocasiones, también los hijos son usados como “mensajeros” e “informantes”: “Dile a tu papá… dile a tu mamá… Pregúntale esto o aquello; ¿sale con alguien tu papá? ¿Qué hace tu mamá los fines de semana? ¿Quién le llama por teléfono?, ¿Qué dijo cuando vio mi coche nuevo?, ¡No le vayas a decir tal cosa!...etc.  Lo cual pone a los hijos en una situación muy dolorosa y difícil porque los obligamos a chismear,  traicionar,  mentir, a guardar secretos sucios y crear alianzas patológicas.

 

A veces, durante el proceso legal del divorcio, los ponen en la traumática situación de llevarlos a testificar  contra su padre o madre en el juzgado, para lograr que les pase dinero, quitarle la casa o para conseguir la patria potestad.

 

Y te lo digo de nuevo: por favor piensa en la forma en que dañas a tus hijos con esos juegos. Toma decisiones y lleva a cabo acciones maduras y sanas para resolver los problemas con tu pareja o ex pareja entendiendo de una vez por todas que esa tarea no les toca a tus hijos. 

 

En una situación de divorcio, los hijos necesitan tener el permiso y la puerta abierta para estar en contacto con ambos padres. No tienen que perder a uno de ellos. Quienes desean separarse es la pareja y eso no es problema de los hijos, como tampoco lo son todos sus acuerdos o desacuerdos. Ya los hijos tienen suficiente con su propio proceso de duelo, como para agregar más carga a sus espaldas.

  

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