Temas para vivir mejor

¿CUÁLES COMPORTAMIENTOS SON NORMALES EN LA ADOLESCENCIA?


¿CUÁLES COMPORTAMIENTOS SON NORMALES EN LA ADOLESCENCIA?

 

                                                                                                                 

Con mucha frecuencia me encuentro con madres y padres que están muy preocupados por ciertos comportamientos de sus hijos adolescentes.  Algunas veces tienen razón en estarlo, pero muchas otras no, porque aquello que los acongoja es algo totalmente normal y hasta sano en la adolescencia.

 

En la medida en que comprendemos mejor esta compleja etapa de la vida, podremos darle la perspectiva correcta a las acciones y actitudes de nuestros adolescentes y dejar de preocuparnos por lo que no es preocupante.

 

Comencemos por entender que en cada etapa de la existencia humana existe una “tarea” que hay que lograr, para conseguir el desarrollo sano de la personalidad. En la adolescencia, esta tarea es nada menos que establecer la propia filosofía de la vida y la propia personalidad. Una herramienta que la psique usa para lograrlo, es la rebeldía, que se traduce en buscar sus propios intereses, ir en contra de las reglas y experimentar  lo que los padres y adultos decimos que no se debe hacer.

 

Mientras más presión y control, más rebeldía. Esto significa que con los adolescentes hay que negociar, no imponer, porque cuando imponemos, prohibimos, controlamos y presionamos demasiado, de seguro que se irán al otro extremo, justamente a lo que les estamos prohibiendo. Un equilibrio entre disciplina y libertad, autoridad y respeto a sus necesidades, son indispensables. Cabe aclarar que se puede presentar alguna situación donde tenemos que imponer un límite, y aquí no hay negociación. Esto es aplicable en las circunstancias que de alguna manera ponen en riesgo el bienestar y la integridad física o moral de nuestro hijo o el resto de la familia.

 

Una de las conductas que desagrada o lastima a muchos padres, es el enorme interés que los adolescentes tienen por estar con sus amigos, con los cuales son sumamente solidarios y apoyadores. El hecho de que prefieran salir con los amigos que con la familia, a veces es causa de conflictos. Pero la socialización es una necesidad importantísima en esta etapa y a través de ella los jóvenes aprenden los valores de solidaridad, compromiso, responsabilidad y  fidelidad, que cuando adultos generalizarán a otras relaciones como la de pareja, hijos y trabajo.

 

 

Sin embargo, los padres también tienen el derecho de convivir con sus hijos adolescentes.  Hay que negociar con ellos para definir ciertos tiempos (especificando día y horas),  en que convivan con la familia y otros en que puedan estar con sus amigos y disfrutar plenamente de su compañía.

 

Otro de los asuntos que con frecuencia preocupa a los padres, es la sexualidad de sus hijos adolescentes y muy específicamente, la conducta de masturbación. En este libro dedico un espacio especialmente a este asunto, el cual te recomiendo revisar y así mismo el tema que titulo “cómo convencer a los adolescentes”.

 

Por otra parte, es común que en la adolescencia se presente una cierta crisis existencial que puede durar un tiempo variable, durante el cual el joven está confundido sobre lo que quiere hacer en la vida, lo que elige creer y como quiere vivir. Probablemente decide dejar de estudiar porque considera que la escuela coarta la libertad y controla y quizá diga que pasará la vida conociendo el mundo y viviendo de pequeños empleos aquí y allá. Tal vez decida hasta cambiar de religión.  Con mucha frecuencia, ante estos planteamientos los padres ponen el grito en el cielo, pero no deben preocuparse por ello. Esto es parte de sus “ensayos” para construir la vida que elegirán para si mismos, y bástenos recordar que a muchos de nosotros nos sucedieron cosas como estas, y aquí estamos: sanos, felices, productivos, responsables y maduros.   

 

Un aspecto más que es común en la adolescencia y es necesario entender y no malinterpretar, es el hecho de que ellos son egoístas y egocéntricos por naturaleza. Esto es otro tema de muchos conflictos con los padres, porque estos esperan que sus hijos sean considerados y que se interesen en las necesidades de la familia, pero pareciera que lo único que les importa es que se les satisfagan las suyas propias. Aunque las actitudes egoístas son normales a esta edad, no debemos dejar el asunto en el olvido.  Hay que poner ciertas reglas y establecer límites que les ayudarán a ir desarrollando la capacidad de entender que los seres queridos son  importantes.

 

La volubilidad emocional y cambios de humor son también propios de esta etapa. Se debe a los dramáticos cambios hormonales y psicológicos que están experimentando. A veces se manifiestan con cambios abruptos del enojo al llanto o de la alegría a la tristeza.  Si bien es importante tener mucha paciencia para comprenderlos, también lo es el que jamás permitamos un “igualitarismo” manifestado con insultos o faltas de respeto. Los hijos necesitan padres amorosos y cercanos, pero también firmes y dignos.  

 

Y a fin de cuentas, la base para tener una relación armoniosa con nuestros adolescentes, es dejar de criticarlos y juzgarlos. Porque ¡lo hacemos tanto! Tal vez sea la etapa de la vida en que los seres humanos somos más criticados, y esta actitud separa y cierra las puertas de la disposición y la confianza, las cuales necesitamos tener bien abiertas para poder acompañarlos amorosamente y firmemente, a lo largo de ésta agitada e interesante etapa de la vida.

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