¿ES SANO QUE TUS HIJOS USEN VIDEOJUEGOS?
Como muchas cosas en la vida, los videojuegos no son totalmente “buenos” o totalmente “malos”; absolutamente sanos o absolutamente insanos. Tienen su lado muy bueno y pueden convertirse en una tremenda amenaza para la salud emocional y psicológica de tus hijos.
Entre los beneficios que pueden aportar se encuentra el que contribuyen a desarrollar los reflejos y la coordinación visomotora, la cual es una herramienta clave para el buen desempeño en la escritura de números y letras y para el desarrollo de habilidades más complejas, así como de la atención y concentración.
No obstante, existen innegables posibilidades, bien comprobadas, de que los videojuegos se conviertan en la fuente de profundos daños a la mente y las emociones de nuestros hijos.
Esto sucede cuando permitimos que se enajenen en el juego durante horas, ocupando en ello el tiempo que debería ser dedicado a otras sanas actividades como la convivencia con amigos y familia, el arte o el deporte. La pasividad física que el videojuego conlleva, impide que los niños y adolescentes desarrollen sus huesos y músculos y se priven de todos los beneficios que el ejercicio físico les aporta.
Así también, cuando el tema del videojuego está cargado de agresividad, sangre y muerte, provoca profundos daños a nuestros hijos.
Hace poco presencié la exposición de los resultados de serios estudios (cada día hay más), acerca de los efectos provocados por el uso de videojuegos, a los cuales se ha dado en llamar “las niñeras electrónicas”, ya que muchos padres las usan como tales, para que entretengan y distraigan a sus hijos.
Algo sumamente impactante que dichos estudios revelan, es que cuando los niños o adolescentes usan videojuegos violentos, van perdiendo la capacidad de sentir y expresar compasión, ternura e interés por las necesidades y los sentimientos de otros. Así mismo, aprenden a ver como normal la sangre, la agresión, el abuso y el asesinato.
El uso excesivo de videojuegos aunado a los temas violentos, conducen a que en corto tiempo, los chicos puedan comenzar a presentar depresión, mal humor y ansiedad y un consecuente deterioro en el rendimiento académico, así como la atrofia de la imaginación, la creatividad y de sus habilidades sociales.
Para que tus amados hijos no sean víctimas de estos catastróficos efectos que los videojuegos les pueden acarrear, es necesario que observes estrictamente estas condiciones:
Siempre insisto en la importancia y necesidad de que los padres nos plantemos de cuerpo y alma en nuestro lugar de autoridad y en la trascendencia que esto tiene en la vida de nuestros hijos.[1] En lo relativo al control del tiempo y tipo de videojuegos que usan, este asunto se vuelve prioritario. Aunque tus hijos se enojen, aunque estén en desacuerdo, esto no es negociable. Tú eres la madre/padre y te corresponde ejercer el derecho que te da el serlo, para permitir o no las cosas que dañan profunda e irreparablemente a tus hijos. No sólo es tu derecho, es también tu obligación.
[1] Para un análisis profundo de este aspecto, recomiendo leer mi libro HIJOS TIRANOS Ó DÉBILES DEPENDIENTES.